16.8.06

Los pasajeros se quejan de que los robos son algo constante

Son las 16.30 y en la estación Liniers Florencia llora aferrada a su mochila. Dos policías intentan consolarla. Hace sólo unos minutos a Florencia, que venía desde Ituzaingó, le robaron la billetera dentro del vagón. (...) Todavía llora Florencia cuando otra formación, que viaja hacia Moreno, se detiene en la estación. Un hombre baja agitado y grita a uno de los policías. Acaban de robarle la billetera. Los policías que vigilaban la estación paran el tren y buscan al ladrón. Pero no tienen éxito, a esa hora la formación viaja abarrotada y el "carterista" logra escabullirse entre los pasajeros.

Los testimonios recogidos durante un viaje realizado por LA NACION en una de las formaciones de la línea Sarmiento ratifican que escenas como éstas son ya cotidianas.

"Una vez me robaron dos celulares en la estación Once. En las horas pico viajás apretada contra el vidrio, no te podés ni mover, te das cuenta de que te robaron sólo cuando te bajás", dice Guadalupe, que de lunes a viernes toma el tren para ir y volver de su trabajo. (...) Al igual que ella, Carlos, que hace 15 años viaja en el Sarmiento, coincide en que el mayor problema es el amontonamiento de gente. "Se viaja muy mal. Por lo general a la tarde es cuando hay más arrebatos", dice. Angel Sívori utiliza el servicio del Sarmiento desde hace 40 años y reconoce que las deficiencias de seguridad son ya un "problema crónico". (...) "El problema es adentro de los vagones, no afuera", sentencia.

Por María Eugenia Baliño De la Redacción de LA NACION

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La Nación - 16 Ago 2006

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