19.4.08

El peor viaje en tren: el Mitre y el Sarmiento

Un informe de la Auditoría General de la Nación denuncia que los trenes de las dos líneas de TBA se encuentran en precariedad total. Señala que está en peligro la seguridad de los pasajeros. Nueve de diez estaciones a oscuras.

Qué bueno sería que la Presidenta, que vive a tres cuadras de la estación Olivos de TBA, decidiera un día sorprendernos y viajar en tren. Dejar el helicóptero de lado -aunque sea por unas horas- le permitiría volver a pisar tierra, la misma que pisamos el resto de los argentinos que también queremos -y merecemos- viajar cómodos, seguros y llegar a horario.

A continuación, reproducimos el excelente artículo del periodista Mauro Federico y la blogger Candelaria Schamun publicado en Crítica de la Argentina.



El estado de los trenes, vías y estaciones de los ferrocarriles Mitre y Sarmiento “atenta contra la seguridad de los usuarios del servicio”. Así lo dice un informe de la Auditoría General de la Nación difundido esta semana.

El relevamiento –realizado durante 2007– alertó que el 80 por ciento de las formaciones presentan roturas en puertas, asientos y ventanas. Y algo más: nueve de cada diez estaciones tiene deficiencias en el alumbrado y deterioro en baños e instalaciones sanitarias.

A pesar de los reiterados incumplimientos de la empresa TBA, a cargo de la concesión, ya denunciados en anteriores auditorías, fueron reparadas menos del 20 por ciento de las anomalías detectadas. Sólo tres de cada diez actas de inspección por deficiencias en el servicio fueron tenidas en cuenta por el concesionario.

“Los vagones se caen a pedazos y hay una mugre insoportable”, contó Ricardo Díaz, uno de los 300 mil pasajeros que diariamente transporta el ferrocarril Sarmiento, entre Once y Moreno, mientras intentaba subirse al furgón donde carga su bicicleta. “Me cansé de elevar quejas a todos los organismos, pero acá las cosas nunca cambian”, dijo decepcionado. Como Díaz, miles de personas sufren las consecuencias de un servicio que desde 1995 está concesionado en manos de la empresa TBA.

“La gestión del concesionario puede caracterizarse como ineficaz, dado que no se observa una respuesta técnica acorde con el estado en que se encuentran los bienes concesionados”, dice el informe de la Auditoría.

“El deficiente estado de la infraestructura de vías –continúa el estudio– denota una ineficaz gestión técnica de mantenimiento por parte del concesionario.” En el ferrocarril Mitre, por ejemplo, se hallaron “fallas derivadas de la falta de conservación sistemática del sector como juntas aplastadas, saltadas o vencidas, durmientes desconsolidados con fijaciones sueltas y bulones faltantes, así como también rieles con desgastes laterales que superan la tolerancia de seguridad”, detallaron los técnicos de la Auditoría.

En el tramo Once-Castelar de la línea Sarmiento hubo “desprendimientos en la superficie de rodadura, que producen golpes al paso de las formaciones, generando desconsolidación de los durmientes, pérdida de bulones, durmientes con descomposición fibrilar o quebrados, rieles fisurados en extremos y llagados en plena barra”.

En el trayecto que une Haedo con Morón los inspectores de la AGN descubrieron “rieles aplastados, durmientes envejecidos que no retienen fijaciones y bombeos en la unión de barras al paso de las formaciones”.

A pesar de las reiteradas intimaciones, el concesionario no dio respuesta a las observaciones planteadas por los organismos de control. Sólo entre el 7 y el 17 por ciento de las deficiencias técnicas denunciadas en la línea Sarmiento fueron reparadas. Mientras que en el Mitre, el porcentaje osciló entre el 13 y el 20.

En varios recorridos realizados durante 2007, la AGN constató que existen deficiencias y hasta ausencias de los cerramientos y pasos a nivel a lo largo del tendido de ambas líneas. “En nudos neurálgicos como Flores, hay un cementerio de gente que fue atropellada por el tren debido al mal funcionamiento de las barreras”, contó Marcelo Richard, otro indignado usuario del Sarmiento. Estas anomalías “representan un alto grado de peligrosidad para las personas que utilizan dichos pasos clandestinos, poniendo en riesgo la seguridad pública que se debe resguardar en la prestación del servicio de transporte ferroviario de pasajeros”, dijo la auditoría.

Otro ítem relevante de la investigación apuntó al estado de las estaciones, al que la AGN calificó de “deficitario”. En el ramal Retiro-Tigre, del ferrocarril Mitre, las estaciones inspeccionadas presentaron “falta de iluminación de los andenes por carencia de focos o luminarias rotas y baños con falta de mantenimiento y limpieza”. Algo parecido ocurre en el ramal Retiro-José León Suárez: se constataron “cerramientos laterales con faltantes, luminarias de andenes sin focos, baños clausurados e instalaciones sanitarias para discapacitados utilizadas como depósitos; túneles de accesos con vidrios rotos, revestimientos dañados y escalones deteriorados”.

En la estación Liniers del Sarmiento se hallaron “falencias estructurales tanto en su cerco perimetral como en las columnas de acceso aéreo a los andenes y sus escalones, andenes con baches y falta de conservación en túneles y techos”.

Por su discapacidad motriz, Susana Vaiva está obligada a trasladarse en silla de ruedas. “La distancia que hay entre el vagón y el andén es demasiado grande y resulta muy peligroso, no puedo subirme al tren por mis propios medios”, explicó a Crítica de la Argentina, mientras intentaba abordar una formación del Mitre.

En distintas recorridas efectuadas por los agentes de la AGN, se verificó “la ausencia o deficitaria protección del tercer riel que pone en riesgo la seguridad del pasaje, existiendo la posibilidad de que se produzcan accidentes mortales por descarga eléctrica, más aún cuando esta situación se presenta en estaciones o en cercanía a los pasos a nivel”.

Respecto del material rodante, la auditoría sostuvo que “el concesionario no efectúa las reparaciones en tiempo y forma según lo establecido en el contrato de concesión” lo que provoca “fallas y alteraciones en los servicios tanto eléctrico como diésel y, cada vez más, numerosas quejas de los usuarios”.

Según el informe, “en la flota eléctrica existen cerca de 150 coches cuyos recorridos acumulan más de un millón de kilómetros sin el mantenimiento exigido”. Por su parte, la flota diésel tiene máquinas que superaron los tres millones de kilómetros sin reparación alguna, aunque se exige hacerlas cada 800.000.

“Los trenes están hechos mierda y encima hay mucha gente que no puede sacar el boleto porque las boleterías no dan abasto”, contó Débora Godoy quien desde hace diez años viaja junto a su hija en el ferrocarril Sarmiento.

El relevamiento permitió establecer que el 87,5 por ciento de los coches inspeccionados en el ramal Retiro-Tigre del Mitre y el 82,86 por ciento de los coches del Sarmiento presentaron “deficiencias en su estado de conservación” como “puertas laterales picadas, apoyo de asientos rotos, paneles de revestimiento interior deteriorados, falta de puertas en los extremos de los coches, pasamanos sin agarraderas y ausencia de porta equipaje”.

En TBA aseguran que no conocen el informe crítico.


Nota completa
Crítica de la Argentina - 26 MAR 2008

2 comentarios:

Alejandro dijo...

Alta nota llena de compromiso la del sr lanata eh!! creo q desde este blog (tbamemata) y otros que abordan la temática del tren se han realizado cosas mas profundas. No se que pensás, pero creo que si justamente la idea es hacer un diario no tan "comun" podrían hacer eco a algunos que ya se viene moviendo en el tema en vez de mandar a sacar 2 fotos y escribir un texto no tan jugado..¿no?

va esa es mi opinión

El Ternero dijo...

Hola Lalo! Coincido con tu opinión en cuanto que el artículo podría haber estado más jugado. Igual, considero importante que los medios (algunos) sigan ocupándose de estos temas, aunque -por lo que nos toca vivir a diario- todavía no se haya porducido ningún cambio favorable a partir de los reclamos y denucias. Igual, lo último que debemos perder son las esperanzas. Ya soplarán vientos de cambio. Evidentemente, no será mientras reine la era K que, en cuestiones de transporte, hasta ahora no ha hecho absolutamente nada positivo ni transformador. Puro anuncios. Pura nubes de humo. Vaya paradoja.