29.5.07

Los trenes, en crisis

A continuación, un resumen del editorial publicado hoy por el diario La Nación:

En seis años, entre 1999 y 2005 (último año del cual hay datos estadísticos oficiales), los servicios ferroviarios de pasajeros del área metropolitana perdieron 67 millones de usuarios.

La súbita explosión de violencia en la estación Constitución del ex Ferrocarril Roca, dos semanas atrás y por causa del pésimo servicio ferroviario, no hizo más que exhibir de manera dramática el hartazgo alcanzado por cientos de miles de pasajeros que, día tras día, llegan tarde a sus trabajos o a sus casas por causa de las demoras, cancelaciones, formaciones desvencijadas y aglomeraciones.

Es innegable el deterioro de los servicios en determinadas líneas, que revela gestiones ineficientes y controles estatales insuficientes y laxos, a pesar de que el Estado aporta a las empresas concesionarias subsidios millonarios para su funcionamiento.

Resulta indispensable determinar quiénes han posibilitado que el servicio de trenes llegara a esta situación tan crítica.

Mientras la Secretaría de Transporte continúa aportando subsidios millonarios, algunas líneas presentan vagones en estado deplorable, ventanillas y asientos rotos, escasa o nula limpieza, inseguridad, incumplimiento de los contratos de concesión y falta de servicios.

En 2006 los trenes recibieron aportes del Estado nacional por 238 millones de pesos sólo por reconocimiento de mayores costos. En los primeros cuatro meses de este año esos aportes ya sumaron casi 110 millones de pesos. A esos valores hay que agregarles los otros subsidios directos, por lo cual los recursos que reciben las concesionarias se elevan considerablemente.

La Auditoría General de la Nación, que encontró irregularidades en la contratación de obras en los servicios de trenes y subterráneos del área metropolitana por 286 millones de pesos y cuestionó por ello a la Secretaría de Transporte y a la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), ya había advertido sobre controles ineficientes o escasos de este último organismo, además de poner en evidencia la desatención de los reclamos de los usuarios.

El abandono de los ferrocarriles data de muchos años, a pesar de que cuando fueron entregados en concesión a empresas privadas se indicó insistentemente que la sociedad no pagaría más por la ineficiencia de la entonces compañía estatal Ferrocarriles Argentinos, además de abrirse un período en el que se accedería a mejores y modernos servicios. Muy poco de esto ha ocurrido.

La crisis en el sistema ferroviario de pasajeros no se puede disimular más.


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La Nación - 29 May 2007

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